domingo, 15 de junio de 2008

Buscando mi trébol de más de tres hojas...

Bueno... quién no ha buscado alguna vez un trébol de más de tres hojas, o al menos sabe que pueden existir...??
Un día, según me desperté, sentí ganas de ver qué tiempo hacía... salté de la cama y descalza recorrí el pasillo sintiendo el frío parquet bajo mis pies y dándonos un abrazo el pijama y yo; acompañándonos al paseo venía un bostezo.
Me dirigí hacia la ventana más prometedora de la casa, donde se puede admirar el jardín. La abrí de par en par sintiendo el fresquito de las siete de la mañana... el gran árbol de mimosa me saluda dorado, con ese embriagador perfume que la mañana reparte entre los edificios vecinales.
Observé los rosales apreciando las gotas de rocío en sus pétalos, en sus hojas... admirando el verde perlado de lágrimas... preciosa perspectiva.
Sin pensarlo dos veces, tomo una manzana que muerdo y la sostengo mientras me visto rápido, una camiseta, pantalón... espera que voy en zapatillas de casa, no, mejor unas deportivas, si? ^^ Con mi desayuno a medio terminar, salgo al jardín y me siento sobre la hierba mojada... y claro, no puedo evitarlo y me echo lo larga que soy... mmm vaya! no recordaba que la cortaron ayer... una delicia, huele a verde, a verde mojado que hace cosquillas en mis brazos desnudos... qué bien se está!
Giro mi cabeza y entonces los vi... sin apartar la mirada el giro de mi cuerpo siguió al inicial de mi cabeza y me quedé boca abajo con la cabeza ladeada, bañada por la humedad, observándolos...
Me acerqué al grupo y comencé a contar... tres, tres, tres... vaya, cada uno tenía tres hojas...
Entonces recordé cuando era más pequeña, tendría 10 años... que solía mirar tréboles también, y mi abuelo me enseñó que podía encontrar alguno de más de tres hojas... un nuevo reto, me dije entonces... un día tras otro al salir del colegio me ponía a buscar... y al final lo encontré, bueno, encontré dos; de cuatro hojas y de siete... de siete? pero acaso existían? si, parece ser que sí...
Por esto, persistí en mi empeño... quería encontrar uno de más de tres hojas.
Al final... después de un buen rato, pasaron unas señoras mayores cogidas de la mano, creo que susurrando... y me preguntaron "has perdido algo guapa?". Parecía que debía tener una concentración tal que daba esa impresión... ^^
Yo les contesté "perdido? no... pero si aún no lo he encontrado..." es que vaya preguntas que hace la gente a veces... y se fueron murmurando algo como "esta juventud, algún día verá..."
Al final desistí... no encontré ninguno... me puse en pie y me di cuenta que había secado con mi ropa el manto de hierba.
Subí corriendo a casa y me cambié, colocando la ropa sobre el radiador...
Y ahí estaba...
El trébol!... bueno, más bien la silueta de él, dibujada con el agua que había absorbido la camiseta... vaya, eso sí es una sorpresa ^^
Y ahí me quedé, viéndolo desaparecer lentamente...

A veces no nos damos cuenta que lo que buscamos con ahínco, puede estar cerca de nosotros y no verlo.
Dentro nuestro tenemos la mayor riqueza, la mayor fuerza y poder... y a veces, nos pensamos pobres, débiles... y no es así, ya que si abriríamos los ojos interiores veríamos nuestra verdadera valía... si es que, somos maravillosos tal cual.

1 comentario:

catboy dijo...

a veces me pregunto si lo mio será ceguera. no sé por qué esta distorsión de la realidad. Muchos la querrían ¿verdad? No debo quejarme... y sin embargo no hago más que autocompadecerme en los últimos meses.
Aunque todo esté lleno de tréboles de cuatro hojas alrededor. Y tú eres uno de ellos. He tenido una suerte inmensa al conocerte.
Es una delicia leer tu blog y que todo aquel que quiera pueda asomarse a esa profundidad y esa belleza que tienes.
Un beso muy fuerte!