sábado, 27 de septiembre de 2008

regreso...

...regresé de mi viaje... aquel día que llegué a mi nido después de haber volado...
resultó... extraño? sí, supongo que fue un tanto raro; sentí desconcierto y suspense respecto a lo que mi condición representaba en ese entorno, en ese lugar que estaba reservado a mí... sentí un escalofrío de fuerza y resultó tan impactante que perdí el conocimiento, ignoré la desesperanza y recordé el modo de sonreir que olvidado se quedó en el camino...
desde ese momento, ese día... he negado, he obviado... miradas... llamadas... mensajes... he necesitado (antes y ahora) de ese tiempo egoísta aunque si he de ser sincera, me ha sido y me es imposible descolgar el auricular... en ese aspecto me debilito... me he dedicado a intentar crecer, a poner empeño y esfuerzo en desaprender y reaprender en constructivo... aún y todo sigo poco a poco desapareciendo... cada vez menos, menos, menos... más menos, más nada...
la nada...
madurar...
comenzar partiendo de un tiempo vivido...
compartido...
sonrío al mirar a mi derecha...
ten paciencia...

viernes, 12 de septiembre de 2008

en este día que se antoja tu vuelta caprichosa...

No te sirvo, no me sirves... no somos piezas de un mismo puzzle.
Me cansé de tirar piedras a mi tejado... ahora, las tiro contra el tuyo, intentando no romper, no hacer ruido, no molestar... y, sin embargo, queriendo dejar constancia de mi paso por tu lugar...
Desconcertada y con un peso similar a sucedáneo entre odio y tristeza, intento verte... mis ojos, apenas distinguen un halo de niebla a través de cortinas de gotas de lluvia.
Te irás?... cuándo?
Sólo gorgojeos en atardeceres ventosos ya quedan... y, con todo, espero que permanezca tu recuerdo...
Me percaté ayer, mientras pretendía deshojar una rama desnuda de mi árbol, en esta época casi marchito, conteniendo una mínima razón de vida latente, hiberna...
Fuiste primavera que logró deshacer lentamente el hielo invernal que me cubría...
Hoy, produces escarcha en mi piel.
Así que...
No me sirves, no te sirvo... no somos más que piezas de distintos puzzles...

miércoles, 10 de septiembre de 2008

suspiros de cometas al viento...

Aroma de rocío en la mañana, aire que logra un escalofrío erizando tu cuerpo... libertad en toda la dimensión de la palabra si acaso puede definirse; conocimiento de riesgos y beneficios... refugio en el centro de un mar tempestuoso, sabor de cariño y regusto de un amor profundo y firme.
Reflejo de un momento único y para dos... en un instante exacto, en un tiempo indefinido, contra corriente y dejando llevar hasta el mismo horizonte.
Llegar aprendido y volver sin lastres; adivinar imposibles y obviar lo visible, paladeando sorbos de inestabilidad con los pies desnudos en las nubes...
Tener temiendo perder, un sol que no ciega sino que ilumina y acaricia con rayos límpidos la nuca en donde se acomoda un principio de quietud.
Mirarme y mirarte... intercambio sin palabras... sueños utópicos, ideales en restauración...
Bocados de sonrisas guardados en arcones y rescatados en limpiezas ocasionales…
Eres y dejo de ser… viceversa… y ambos, inseparables.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Levanta y anda...


Quien algo quiere... le costará... y si cuesta otener aquello que tanto se ansía, vale y valdrá la pena el esfuerzo. Impaciencia... suele ser habitual, del mismo modo que a su vez es inservible... el descanso que ofrece la superación y de la conciencia de uno mismo... Pero... si se tropieza... es más sencillo dejar el rostro contra el asfalto, olor a derrota... saturado y penetrante, sabor a inutilidad que se paladea tan lentamente que se vuelve pastoso e impide que pruebes otras variedades, salvo sus propias variantes... color de la tristeza, oscuro, que ciega como nube de polvo todo lo que no sea autocompasión... y es cuando escuchas los infinitos "por qué a mí" ... y vuelves al olor del fracaso. Es engaño, sólo tuyo... una lucha contra ti que ya la das por perdida. Por qué a mí? Sencillamente porque eres capaz y necesitas fortalecerte. Es entonces cuando el viaje, tu viaje, comienza. Y se inicia con sólo desearlo. Querer conocer qué más hay además del asfalto que tan bien conoces. Quizá un cielo azul? Supongo que es un comienzo...

Y subí a mi montaña. Admiré con miedo y fingido desinterés mi alrededor y, tras un instante de titubeo, reuní valor suficiente para trasladar la vista hacia mi interior... encontré caos... maraña de aspectos, madeja de sentimientos y baile de máscaras en un momento íntimo. Toda la incomodidad de un paseo con un desconocido... de los hirientes zarzales a la calma hierba de primavera... quizá algún día... cuando confíe que hay más aparte del asfalto al que vivo anclada. Cuando recupere mis sentidos para comprender la novedad? Mejor apreciar la novedad adquiriéndolos poco a poco... saber saltar al vacío es empezar...