domingo, 15 de noviembre de 2009

Hay momentos...

Hay momentos contados en los que me siento... bien, incomprensiblemente sumida en un mar de tranquilidad donde me extraño diciendo que estoy feliz. Todo en su rutina, dentro de límites controlados, con lo que evito que me sorprenda cualquier intrusión que me haga perder esa estabilidad (supuesta o no). Por de pronto, unos meses dormitando en esta calma me hicieron pensar en que este modo de vida actual pudiera proseguir sin alteraciones que truncaran lo esperado.
Y en este instante me pregunto por qué, mil porqués...
Debo hacerlo para colocar un parche que me apacigüe por un rato al menos.
...
Llegaste y fuiste uno más de entre tantos; logré, como siempre, pasar desapercibida dejando claros los límites entre mi mundo y el resto del él. En un tiempo que no sé definir, cruzaste la línea lejos de tu conciencia y sin embargo, lo suficientemente dentro de la mía. Y una vez en mi burbuja, me regalaste maceta, tierra y semilla. Compuse el puzle a ciegas sin conocer las consecuencias y olvidando límites y controles... comenzó a germinar un castillo de nubes e ilusiones, utópicas en verdad, probables en sueños...

(disfruto viéndote cada mañana, oyendo tu voz... riendo con tus bromas y deshaciéndome con los leves roces casuales)

Aún me sorprendía más, mi mundo parecía mantener su sosiego con mínimas vibraciones de inusitadas sonrisas.
Persona más interesante e inteligente con quien he tropezado, cada día enseñando algo nuevo, inquietudes tan distintas y ajenas del resto... ójala te pudiera decir cuánto me aportas, lo valioso que eres para mí y lo esclava que me he vuelto de ti...
Pasión, atracción, química...

Pensé, me creí que estaría así al menos un tiempo, un largo tiempo y que podría...

Hasta el día que decidiste soltar amarras por propias inquietudes. Egoístamente te gritaría en baja voz un "no te vayas"... dos, tres, cientos...
Mi pequeño mundo comienza a quebrarse y surgentes ríos poco a poco van derrumbando este castillo
y teniéndote delante ya te echo de menos...

Cuánto daría porque compartieras un rato conmigo... un sólo abrazo...

Y sin haber sido, te quiero sin tenerte
te vas
dejando una herida abierta a no cerrarse
me niego a perderte y sin embargo no hay opción

No hay comentarios: