domingo, 17 de enero de 2010

Mientras...

Me hiciste un gesto para que me acercase y, mientras me enseñabas en la pantalla del ordenador y me instabas a mirar imágenes... desvié mi atención hacia ti... observando tu silueta sentada y yo, deseando abrazarte por detrás, así, de pie como estaba, y acurrucarme en tu pelo, apartar un mechón suavemente para acercar mis labios a tu cuello mientras me arrulla tu fragancia... desearía que el reloj detuviera las agujas y quedarme así... piel con piel, sintiéndote...
Y mientras yo soñaba despierta mirando sin ver, vuelvo a la realidad de las séis de la tarde de un viernes, donde a escasos centímetros de ti padece la sombra de mi persona, perdiendo por ti la poca cordura que queda en ella.
Me enamora tu sola presencia mientras por dentro se deshacen los pilares de la esperanza...

2 comentarios:

Esther dijo...

¡Ay! Maldito instante, ¿verdad?

Pero, hay veces en que las cosas no son como le gustaría a un@ que fueran. Yo digo que el primer paso para intentar ser un poquito más felices, quizás como un antes, es intentar aceptar, por duro que pueda resultar a veces... Ahí está el gran reto, intentar ser fuertes. Creo que siempre se tiene la posibilidad de aprender o, al menos, por intentarlo...

Un saludito.

adrianitha dijo...

siii maldito instante esther, y maldito el sentimiento de cobardia k nos llena el alma y nos impide poner accion a nuestros sueños, por platonicos k estos sean!!!! todos hemos estado a esos escasos centimetros de la felicidad absoluta jaja pero... y luego de ese momento de felicidad? k nervios, a veces prefiero seguirme kedando a escasos centimetros buen escrito exito!!!!