...tú... Después de estos días rodeada de gente, he conseguido un momento de sosiego. Al parecer, el felino habitante de aquel hogar también se refugiaba de los escandalosos humanos, enroscado sobre sí mismo en un rincón del dormitorio. Pedí permiso con una mirada y supongo que no le afectó el compartir su espacio. Me acerqué y con suaves palabras le acaricié la cabeza, pasando por sus orejas y dejando caer mi mano sobre su lomo; seguidamente me agaché y arrimé mi nariz a la suya, como gesto de saludo. Y así, en esa quietud me sentí arropada.Cerrando los ojos podía atisbar las líneas del silencio y lograba observar el despacio pasar del tiempo... y así, en ese estado de parálisis, me encontré con mi corazón. Parecía reposar armonioso, si no fuera por un súbito encogimiento.Hubiese sido más sencillo que se hubiera mantenido esa marcha planeada, ya que superado el dolor inicial, éste se traduciría en anestesia y evitaría el conflicto de elección entre lo que es fácil y lo que es correcto.Ahora, tu permanencia supone un trauma mayor, por la utopía que representas...Felino amigo de ronroneos, imploré a sus límpidos ojos verdes... y cesé mi bullir de sentimiento hundiéndome en su pelaje.El pausado latido me transmitió ternura y absorbió parte de mi condena.Pensé, qué tiene de malo aceptar el camino sin cambiar la dirección ni el sentido, pensé,que quizá no fuera tan terrible...que fuera la elección fácil, sin implicar riesgo... pensé,si acaso no era mejor así, salvando de dañar a esa otra parte... conformarme tal vez?Y, aunque pasados los días he esperado, me he dado cuenta que para mí eres y el viceversa está vacío.Te tengo que dejar cómplice de sueños, los semejantes me convocan y no debo defraudar... Contigo dejo un puñado de lágrimas no lloradas... y también te dejo a ti... al menos durante este rato de evasión familiar.Me traerías un abrazo?... no quiero nada más...Hace frío sin ti, pero se vive. (Roque Dalton)