martes, 12 de agosto de 2008

domingo, 10 de agosto de 2008

anestesia frente al dolor...

Permanece, mi alma.
Se van... pensamientos descaradamente trémulos, obsesivamente inquietos... tremendamente acuciantes...
La realidad, su regreso. Insistencia. Ansiedad persecutoria. Clarividencia hostil.
Destilando tristeza... castigo...
Sin embargo... la esperanza... inherente a mi alma.

lunes, 4 de agosto de 2008

me faltas...

Recuerdo cuando llegaste en aquella caja vieja de zapatos agujereada... fue un amigo quien te salvó de las garras del destino, del taller que pretendía un exterminio colectivo de tu especie... recuerdo el momento de abrir aquella caja... me asomé y... allí estabas; arrinconado y asustado... eras tan poca cosa... te recogí entre mis manos con delicadeza, ya que eras muy frágil... sonreí porque apenas cabías en la palma de mi mano... entonces fue cuando nuestras miradas se cruzaron por primera vez... temblabas, de miedo, de frío, de hambre, de nostalgia... empezaste a maullar... te asusté demasiado? lo siento... quise arroparte entre mis brazos, darte cariño... como tu llegada fue inesperada, rápidamente tuve que ir a comprarte comida, manta, un cojín... me sentía nerviosa, contenta y también con un poco de miedo, porque no sabía si iba a saber cuidarte como te merecías.
Apenas contabas con semanas de vida...
Te desparasité, vacuné y fui curando esas heridas que tenías y que con la suciedad que llevabas encima estaban ocultas. Claro, tuve que darte un baño y para mi asombro te encantó... en ese instante apareció tu verdadero pelaje, y comenzaste a ser tú...
Aún me vienen a la memoria aquellas madrugadas sin fin cuando te preparaba biberones, de contar las horas entre toma y toma, de regañarte y educar tus maneras... fueron tiempos de sueño y cabezadas frente a la televisión...
Cada mañana me levantaba con la ilusión de verte, de alzarte en el aire, de abrazarte y notar el calorcito de recién salido entre mantas. Más adelante eras tú el que venías a despertarme, poniéndote sobre mi barriga puntualmente a las 7.
Creciste fuerte, sano y conservando el carácter rebelde que supiste desarrollar en apenas 50 metros cuadrados. Tuviste paciencia con nosotros los humanos... fuiste amigo, familia, orador, alegría en mis alegrías, guardián de mis lágrimas, supiste escuchar y también aconsejar... me diste tus buenos ratos y me desesperaste con tus manías... fueron años muy especiales para mi, estuviste siempre a mi lado...
Sabes? no existe ser que mirándome a los ojos supiera lo que en esos momentos necesitaba...

excepto tú...
Ahora, mis ojos se inundan de lágrimas recordándote... resbalan por mis mejillas... me cuesta seguir... mucho... siento pena, dolor, silencio... y culpabilidad...
Qué difícil cuando te ponen entre la espada y la pared... porqué me hicieron elegir? te sacrifiqué por amor y en ese momento sé que me crucifiqué.
Creo que jamás he sufrido tanto con una despedida... te abracé durante minutos interminables, te miré y hablé por horas... lloré, imploré, grité en silencio... ese día no comí, sólo me agazapé en un rincón y me quedé así por tres días...
Sé que ahora vives libre, con otros de tu especie... que puedes saltar setos y cazar a tu antojo lo que entre cuatro paredes no pudiste sino soñarlo.
Muchas veces pienso en ti y sonrío porque estás bien...
Pero ahora que escribo no puedo evitar sentir esta opresión, no puedo detener esta catarata de lágrimas y de añoranza por ti... necesitaba plasmarlo, necesitaba convencerme que no fui egoísta dejándote ir... sólo espero verte una última vez antes de que te vayas definitivamente, algún día...
Te quiero por siempre mi fiel amigo...


sábado, 2 de agosto de 2008

ven...

ven conmigo... un ratito... te lo pido, y ya sabes que no me gusta hacerlo... pero esta noche te necesito a mi lado, quiero abrazarte, que me abraces... fuerte, muy fuerte, sentir tu calor y perderme en tu ropa, en tu piel... soñar? para qué... si tú eres mi sueño...
esta noche no tendré que apretar contra mí las sábanas echando de menos... no diré buenas noches al aire... ni me quedaré dormida recordando...
cuando cierres esos ojitos tan lindos, te besaré en la frente, en la nariz, en los labios... así, tu carita en mis manos... y cuando te des la vuelta, pasaré mis brazos por tu cintura, mis manos se entrelazarán en tu pecho... acomodaré mi cabeza en tu espalda y así me dormiré.
ven... sólo esta noche... quédate junto a mi...
... te necesito tanto...

(...escrito hace unos cuantos años ya...)